PENÍNSULA DINGLE

Una buena forma de reincorporarse a la rutina del trabajo después de las vacaciones puede ser revivir algunos de los momentos que nos han dejado huella durante esos días de desconexión. Este año ha tocado Irlanda y de todos los lugares de este país que hemos podido visitar en diez días, me quedo con la Península Dingle.

Ubicada en el condado de Kerry, al sur del país, la Península Dingle es el punto más al oeste de Irlanda. Entre la montaña Brandon y el Océano Atlántico,  una ruta de aproximadamente 40 km permite descubrir acantilados, playas, pequeños pueblos  y muestras de la historia  y el arte irlandés.

La ruta turística por la península comienza en el pueblo que le da nombre, Dingle. A pesar de ser un pequeño pueblo de pescadores, que conserva su encanto, Dingle es un punto turístico muy movido al albergar el principal punto de información del lugar. Esto se traduce en un gran número de bares y tiendas, que no rompen sin embargo la armonía por su aspecto bien integrado. 


A partir de Dingle comienza la verdadera excursión. Casi al principio encontraremos el fuerte Dunbeg, de la Edad de Hierro, y Slea Head unos acantilados desde donde poder observar (con suerte, si no tenemos niebla atlántica) las Islas Blasket. Siguiendo la misma ruta siguen Dunmore Head y Dunquin con playas de esas en las que no importaría pasar un día de sol y mar, siempre que el sol acompañe lo cual no fue nuestro caso, pero ya se sabe que Irlanda (y su clima) es Irlanda. 

Hacia el final de la ruta volvemos a encontrar más muestras de la cultura irlandesa integrada perfectamente en su naturaleza: Riasc, las ruinas de una iglesia del siglo VII; Kilmalkedar, las ruinas de un monasterio del siglo XII levantado en un antiguo campo dedicado a ritos paganos; y especialmente, el Oratorio de Gallorus, pequeña construcción del siglo VII, conservada de forma íntegra, dedicada a la oración de las primeras comunidades cristianas de la época. Aunque su tamaño es reducido, su visita merece la pena; a mi me resulto conmovedor. Es sorprendente ver que se mantiene en pie a pesar de la edad, la sencillez y sobre todo que no se uso ningún tipo de argamasa en su construcción (y a pesar de ello es completamente una construcción impermeable). 

Esto ha sido un pequeño resumen, casi de guía turística, del que sin duda será el lugar (el día) que mejor recuerdo dejará en mi memoria de nuestro viaje a Irlanda. 100% recomendable. La excursión in situ da para más que lo que aquí he resumido, especialmente para largos ratos tumbado en una ladera verde con el océano de fondo. Dejo alguna foto más para los curiosos.









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12 de septiembre de 2009, 13:00 Unknown dijo...

Por fin de vuelta... ¡¡Precioso!! Supongo que al dejar Irlanda, un país del que siempre se espera muucho más de lo que a lo mejor realmente ofrecem, es lo que termina por quedarnos en nuestra retina. Un paisaje de ensueño, acantilados verdes que caen hacia el Atlántico... BESOS

12 de septiembre de 2009, 13:00 Unknown dijo...

PD. Lo he Facebookado y twitteado...

12 de septiembre de 2009, 17:18 Anónimo dijo...

gracias cielo ahora a ponerse las pilas, esto es como la vuelta al cole

12 de septiembre de 2009, 17:26 Sílvia dijo...

Preciosas fotos y texto. Apetece largarse para allá ahora mismo ¡¡¡ o conociendo mi pereza viajera: que me traigan Irlanda, por favor. Gracias y bienvenido ... se te echaba de menos

besosmil

13 de septiembre de 2009, 20:04 Anónimo dijo...

Todos ya te lo han dicho pero no veas que fotos, me quedo impresionada, no sabría cual escoger!!!!. Qué maravilla de paisajes y seguro que en esos momentos de relax contemplnado el cielo y el mar te han servido para desconectar de la rutina del día a día. Esta cámara es genial... pero el fotografo MÁS!!!!!!!!!!!!!!!!

Muchos besos!!! Y ahora a soñar cob el próximo viaje...

Just like heaven